RazónEmoción

 

 

El tema central de El error de Descartes es la relación entre emoción y razón. Basada en mi estudio de pacientes neurológicos que presentan a la vez daños en la toma de decisiones y un desorden emocional, yo avancé la hipótesis […] de que la emoción estaba en el recorrido de la razón, y que la emoción podría asistir el proceso de razonamiento antes que necesariamente molestarlo, tal y como ha sido comúnmente asumido. […]. En efecto, en algunas circunstancias, demasiado pensar puede ser bastante menos ventajoso que no pensar en absoluto. Esa es la belleza de cómo la emoción ha funcionado a lo largo de la evolución: permite la posibilidad de hacer que los seres vivos actúen inteligentemente sin tener que pensar de forma inteligente. […] En otras palabras, las emociones tenían un papel que jugar en la intuición, el tipo de proceso cognitivo rápido en el cual llegamos a una particular conclusión sin ser conscientes de todos los inmediatos pasos lógicos.

Damasio, A. (1994) Descartes’ Error. London: Picador., p. xvi, xvii, xviii y xix del prefacio edición de 2006. En español, El error de Descartes, Destino, 2011.

 

Razón y emoción forman un continuo en el ser humano, no existe una sin la otra, y se asisten mutuamente, según la investigación demuestra. Puede que en nuestra experiencia del día a día, a veces tengamos la sensación de estar más dirigidos por la razón y, en otras ocasiones, más llevados por las emociones (o podríamos decir, llevados por la razón y dirigidos por las emociones). Sin embargo, ambas se ayudan, sobre todo si nos conocemos adecuadamente a nosotros mismos, aceptamos nuestras emociones, somos capaces de reconocerlas y cultivamos un pensamiento crítico y creativo de afrontamiento de las situaciones.

 

Para trabajar esa alineación entre emociones y razones y su coherencia un sencillo ejercicio puede servir como punto de partida:

Identifica una situación que te está ocurriendo o alguna que te ocurrió en el pasado.

¿Qué emoción experimentas?

Para ayudaros os sugiero comencéis a pensar partiendo de las cinco emociones básicas: alegría, tristeza, miedo, asco y enfado. Pero emociones hay muchas y muy variadas, pronto subiré algún material sobre emociones para ayudaros a identificarlas.

¿Qué concepto asocias con la emoción identificada?

 Los conceptos se refieren a palabras cuyo siginificado va más allá de una simple descripción e incluye un pensamiento. Por ejemplo: responsabilidad, libertad, realidad, verdad, amor, amistad, etc. En este caso, se pide que se asocie con la emoción.

 

Una pequeña aclaración sobre el ejercicio. En ocasiones puede suceder que tú identifiques una emoción como amor y que el concepto lo denomines también amor. Amor es, sin duda, un concepto, se cataloga como sentimiento y también se dice que es una emoción. Si sucede así, o si tienes dudas con las emociones y conceptos identificados, puedes preguntarte lo siguiente:

¿Puedes describir las sensaciones físicas e internas de la emoción que has identificado?

¿Puedes describir en una par de líneas el concepto que has identificado?

 

Este ejercicio pretende que tomemos conciencia del modo en que funciona la razón y la emoción: ambas se encuentran interconectadas en nuestras decisiones y actos. Une sus fuerzas, no las separes.

 

¡Practica!

 

 

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