¿Qué es y Cómo se hace el Asesoramiento Filosófico (AF)? Según En la práctica

Este texto tiene una doble finalidad. Por un lado, explicar qué es y cómo funciona el AF a toda la gente que pueda estar interesada en el tema y que, en algún momento, quiera animarse a probar personalmente su eficacia. Y por otro lado, sentar los principios, las ideas y las técnicas que nutren mi práctica de AF particular, puesto que es una rama de la Filosofía donde hay mucha divergencia de métodos y teorías.

Cuando la gente me pregunta a qué me dedico y luego quedan con cara de“¿me puedes explicar qué es eso?” yo suelo decir de manera rápida y sucinta “es una forma de ayuda a través de la Filosofía, como forma de aprender a vivir”.

Dicho así, no es mucho. Diréis: ¿y cómo se hace?

Bien, un filósofo asesor realiza el asesoramiento a una persona, el asesorado, que viene con una inquietud, un problema o con unas ganas de vivir más plenamente. Se sientan a charlar y sucede que:

  • hay una actitud filosófica que consiste en preguntarse, cuestionarse, reflexionar, profundizar sobre las inquietudes, problemas o motivos de consulta del asesorado
  • a través fundamentalmente del arte de preguntar se facilita el esclarecimiento de las creencias, sentimientos, pensamientos del asesorado y se investiga conjuntamente sobre ellos
  • el asesor se apoya en todo el conocimiento del ser humano que nos han regalado tantos siglos de Filosofía y en su crecimiento personal hecho también a la luz de la sabiduría filosófica
  • y lo más importante, se estimula y motiva al asesorado para que se haga más consciente y busque sus propias respuestas

 

El Asesoramiento Filosófico funciona como un Faro. Alumbra, ilumina, da foco de luz a creencias, pensamientos, sentimientos, actitudes, para que el asesorado las pueda ver. Solamente facilita la visión, como hace un Faro, pero el Capitán del Barco siempre va donde quiere.

En particular, mi práctica del AF ofrece:

 Aprendizaje, desarrollo y cultivo de las competencias filosóficas, entre ellas:

 

  • El Espíritu Crítico, la Capacidad de Cuestionamiento y de Preguntarse por el Sentido. Normalmente consiste en aprender a cuestionarnos, por ejemplo, nuestras creencias o pensamientos,  si son nuestras o las hemos tomado de la cultura o de la familia, cuestionarnos nuestras conductas, aprender a ser críticos con nuestra situación, una crítica que nos lleve a no conformarnos con cualquier cosa y encontrar el por qué hacemos las cosas, hacia dónde queremos ir y qué sentido tiene para nosotros lo que hacemos.
  • La Autonomía. Esto también tiene que ver con si somos nosotros mismos quienes creamos nuestras propias normas, reglas y directrices para nuestra vida, por supuesto, contando con el entorno, la cultura y las personas que nos rodean, u obedecemos y comulgamos con reglas y normas de otros, en las que no creemos, que son opuestas a nuestro modo de sentir y pensar y que atentan contra cosas que consideramos importantes. No ser autónomo, en este sentido, trae muchos quebraderos de cabeza.
  • La Observación, Aceptación y Comprensión de la Realidad. Una de las más importantes competencias filosóficas, la que nos enseña a observar y captar los detalles de la realidad, a dejar que sean como son, a interiorizar que “lo que es es y lo que no es no es” (siguiendo a Parménides) y a comprender hechos, situaciones, personas desde el desapego.
  • El Pensamiento y la Comprensión Global. La vida no tiene una única cara, ni una sola dimensión, muchas veces es bueno ver el conjunto, mirar las situaciones con perspectiva, de forma global, teniendo en cuenta diferentes sentimientos, razones y coyunturas, comprendiendo a las diferentes personas y mirando la realidad desde esa aceptación, desapego y comprensión.
  • Aceptación de la Incertidumbre. De la aceptación de la realidad, las personas y las cosas, tal y como son, viene la aceptación del cambio, de que no podemos controlarlo todo, de que a veces no entendemos lo que ocurre y no hay una solución para todo. Ser capaz de vivir con la incertidumbre tan presente en la actualidad nos ayuda a ser más felices.
  • Las Capacidades de Reflexión Moral. El Bien y el Mal tienen un significado distinto para cada uno y de una adecuada identificación y una eficaz gestión de lo que es bueno y malo para nosotros, para los demás y para el entorno depende muchas veces que nos sintamos felices y satisfechos.
  • La Conciencia Social y la Vocación Transformadora de la Realidad. Esta competencia nos ayuda a entender los problemas y las situaciones como parte de una realidad social, a tomar conciencia de que todos vamos en el mismo barco, aunque a veces no lo parezca, y a querer hacer cosas juntos, proyectos de pareja, de trabajo en equipo, actuaciones en el barrio y otras tareas conjuntas que nos llenan y nos hacen sentir bien.

Así que si estáis interesados, ya sabéis, poneos en contacto conmigo en mariangelesquesada@yahoo.es o en enlapractica@gmail.com

¡Buen Fin de Semana!

Comments
One Response to “¿Qué es y Cómo se hace el Asesoramiento Filosófico (AF)? Según En la práctica”
  1. Andrés dice:

    Dentro de la asesoría, ¿Llevas un expediente; qué contiene? ¿Es 1, 2 o cuántas asesorías son normalmente?

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