5 razones por las que la filosofía está mejor fuera de la escuela

 

 

Con la nueva ley de educación LOMCE, la Filosofía corre peligro de prácticamente desaparecer de colegios e institutos. Numerosos profesores, académicos y filósofos luchan desde la red para evitar esto. Yo misma he participado en una campaña en defensa de la filosofía.

Independiente de los despropósitos de todas las leyes educativas, una detrás de otra, yo sólo la defiendo a ella, la filosofía. Porque para mí es mejor que la filosofía se deje de enseñar en los colegios e institutos. He aquí 5 poderosas razones:

  1. Nunca se ha enseñado Filosofía. Así como se da matemáticas y no la historia de las matemáticas y nadie confundiría la historia del arte con el arte en sí mismo, lo que se imparte y se ha impartido en las escuelas e institutos es historia de la filosofía y quizá algunas pseudohistorias como esa asignatura llamada ética. La filosofía consiste en aprender a pensar, practicar el cuestionamiento y los diferentes tipos de pensamiento (crítico, creativo, utópico, etc.), ejercitar el diálogo y poner en práctica nuestras conclusiones. Eso no es lo que se hace en esas clases. Como dice un amigo, la filosofía en el aula está llena de cadáveres.
  2. La Filosofía se ha pervertido en la Academia. Muchos de los grandes filósofos no fueron profesores y menos de Universidad. Como mucho realizaban algo así como lo que hoy llamaríamos un taller, o investigaban sobre el mundo desde sus propias vivencias ejerciendo las más variopintas profesiones (desde jardineros hasta inventores) o sin tener que ejercer alguna, por privilegio, entregados por completo al pensar. Pero la verdadera filosofía se hacía en la calle, en la polis, al más puro estilo socrático: pegada a la vida, a las vivencias y a la realidad. Todo lo que la academia le ha dado a la filosofía ha ido progresivamente desvirtuándola y conviertiéndola en una vieja, aislada, triste, rollera y decrépita.
  3. Los filósofos a la calle, a filosofar. El estudiante de filosofía se ha apalancado en un sistema que le presenta la enseñanza como casi la única salida; una enseñanza, como hemos dicho, de la historia de la disciplina. Los filósofos han desaparecido, esas personas que cuestionaban su tiempo, lo analizaban, alumbraban ideas y facilitaban que otros también las alumbrasen y que, por supuesto, transformaban la realidad luchando por un mundo mejor. Todos los filósofos a la calle, a ejercer de verdad su profesión. Si quieren enseñar la historia de la filosofía que construyan un lugar para ello, por ejemplo, una academia de historia.
  4. La Filosofía no es una disciplina. La filosofía no es una disciplina para ser enseñada. Más acertado es verla como una actitud, un saber acerca de la vida, algo que ejercitar. ¿Debería, así, tal actitud estar presente en el sistema educativo? Sí, quizá  ¿Deberían también algunas de sus técnicas mostrarse y divulgarse?  Sí, quizá. Sin embargo, la filosofía no cabe en un manual, en éste sólo habría parcelas, aunque valiososas, de ésta. A filosofar aprende uno, lo ha hecho siempre, porque no podemos dejar de filosofar y, en todo caso, acompañado y potenciado por los verdaderos filósofos.
  5. La Filosofía dejaría de estar al servicio de ideologías, partidos y otros intereses. Que la filosofía salga de las escuelas e institutos la hará libre por fin. Libre para crear, como un artista que sale de la historia del arte, la tira a la basura y compone algo nuevo. Podremos filosofar y experimentar filosofando. No atenderemos al currículum ni a la agenda de los que deciden. Será verdadera filosofía.

¿Y tú qué piensas?

 

 

Comments
8 Responses to “5 razones por las que la filosofía está mejor fuera de la escuela”
  1. Ya que preguntas, yo pienso justo lo opuesto:

    La Filosofía debería estar mucho más presente en la escuela, desde infantil hasta la universidad, para cohesionar, organizar y dar sentido al resto de saberes, y autonomía crítica al alumno.

    1. De acuerdo con que no se debe enseñar SÓLO historia de la filosofía. Pero: eso no es lo que sucede actualmente; y en todo caso sería un argumento a favor de ampliar las horas en la escuela, no de eliminarlas. De todas formas:

    En cualquier saber es absurdo ignorar lo ya avanzado en la historia, como un ingeniero que no quisiera estudiar el motor de combustión interna. O que ignorase la rueda.

    Ya dijo Kant que «sólo los conocimientos no harán nunca al filósofo», pero también que «sin conocimientos nadie se convertirá en filósofo». Estoy de acuerdo con eso, y también con aquella frase medieval «un enano ve más lejos que un gigante si se sube a sus hombros». «Sería absurdo ignorar ese tesoro que nos han legado las mejores mentes y corazones de la historia» (en palabras de Mónica Cavallé).

    ¿Por qué no aprender de los gigantes del pensamiento?, aunque fuera para luego hacer una crítica bien fundamentada, la esencia de la Filosofía.

    2. La gran mayoría de grandes filósofos fueron grandes profesores, incluyendo a los del concreto panorama griego clásico que describes.

    3. Hay que salir a la calle, pero antes tendrás que formarte, si no no tendrás nada que ofrecer.

    4. Que definamos la Filosofía como un saber de la vida o actitud en lugar de como disciplina no implica que no deba enseñarse en la escuela, al contrario.

    5. Se puede (y se debe) filosofar y experimentar filosofando en la escuela, sin seguir agendas marcadas, sino enseñando a descubrirlas y juzgarlas críticamente.

    Tanto la historia del pensamiento como las destrezas para la crítica, deberían ser accesibles y beneficiar a toda la población, para ello la Filosofía fuera de la escuela contribuye, pero el mejor medio, el de más amplio alcance, sería introducirlo todo en un sistema verdaderamente público (libre de intereses privados de cualquier tipo) y gratuito de educación.

  2. Filosofía Aplicada dice:

    Estimada Mª Ángeles: Sin ánimo de polemizar, estoy de acuerdo con el Sr. Jorge Sánchez-Manjavacas Mellado. Haces bien en pedir argumentos y voy a dar una decena de ellos sobre las implementaciones argumentativas y prácticas de la filosofía dentro del aula por si puedo contribuir al debate. (1) Las Olimpiadas Filosóficas referidas por el Sr. Sánchez-Manjavacas son realizadas por profesores de secundaria; (2) La filmosofía y los diálogos filosórficos iniciados por el Sr. Méndez Camarasa en secundaria y bachillerato en Cataluña; (3) Experiencias de clarificación de ideas y de desvelamientos de verdades del Sr. Arnaiz en Sevilla; (4) Los cursos del uso de nuevas tecnologías en el aula de filosofía impartidos en el CET de Sevilla y que han redundado en prácticas interesantes; (5) Las prácticas de Filosofía para Niñas desarrollados en Madrid en secundaria y Bachillerato por Félix García Moriyón, en Barcelona por las alumnas del Máster de Carla Carreras e Irene de Puig o los proyecto iniciados en Andalucía por la Asociación Andaluza de Filosofía para Niños o el proyecto piloto en secundaria iniciado por un grupo de estudiantes de la Facultad de Filosofía y coordinados por Pepe Barrientos; (6) las actividades de Sánchez Alción y sus esfuerzos para trabajar con libros para secundaria de Sánchez Alción como «El radiofonista pirado»; (7) las propuestas reflexivas que integran las NTIC y la argumentación de Rafael Robles (profesor de secundaria); (8) el nuevo modelo que impulsa la declaración de Bolonia en las Universidades donde el profesor aparece como un estimulante del pensamiento y un facilitador del saber antes que un expositor de contenidos en la universidad; (9) las innovaciones educativas favorecidas por las plataformas virtuales de las universidades con proyectos que incentivan la reflexión no sólo dentro de España sino entre países; (10) los profesores de universidad que en los cursos de doctorado incentivan la creación de argumentos propios y el análisis de los mismos. Respecto a sus afirmaciones gratuitas del artículo, permíteme discrepar: (1) Tanto en la Universidad como en bachillerato hay casos claros de Filosofía viva: la lógica no es historia de la filosofía, en hermenéutica se incentiva la reflexión de los alumnos con trabajos y preguntas en exámenes donde (no en todos los casos sin duda) se realizan críticas. Te aseguro que en muchas clases de filosofía se está enseñando a filosofar y he sido testigo de ello (véase puntos anteriores); (2) hay filósofos de fuera de la academia y filósofos de dentro de la academia o de otros procesos educativos (Kant, Nietzsche, Heidegger, Jaspers, Wittgenstein, Ortega y Gasset, Zubiri, Unamuno, María Zambrano, Savater, Peter Singer, Habermas, Epícteto, Platón, Tomás de Aquino, Schopenhauer, Hegel, Arendt, Bertrand Russell). Su adhesión a la academia no ha impedido a muchos de ellos acciones sociales destacables (Russell, Zambrano, Ortega y Gasset, Unamuno, Savater, Epícteto,…); (3) respecto a tu tercer punto, me remito al anterior y a tus propios precedentes en el CSIC y en la universidad. Todos hemos salido de la universidad y nos cuesta aceptar como filósofos a alguien que no tiene una formación previa en esta institución; (4) ¡Claro que la filosofía no cabe en un manual!, pero esto no exime que lo que hay en los manuales sea filosofía. ¡Claro que la filosofía es una actitud, pero no es sólo una actitud! La pregunta exclusiva no es filosofía, o al menos no tiene tanta calidad como la de quien usa la pregunta una y otra vez en la vida. Le aseguro que la historia de la filosofía fomenta nuevas preguntas y ayuda a no caer en errores de bulto; (5) Respecto al quinto punto, creo que desconoce gran parte de la tradición contemporánea de la filosofía, cuando asume esa supuesta libertad. Si conociera el giro hermenéutico de la filosofía contemporánea, limitaría sus asertos. Le recomiendo empiece por Verdad y Método de Gadamer y siga con la consideración historicista del «Dasein». En cuanto a una filosofía que parta de la vida, le recomiendo la razón poética de Zambrano, la razón del afuera de Foucault, el animal simbólico de Jesús Conil o la razón experiencial que diseña Barrientos. Lo dicho, no hay ánimo de polemizar sino de dar argumentos y te ruego me disculpes si notas cierto aire de enfado, puesto que ése no es el estado de mi ánimo. Me confirmo en el espíritu de que hay que generar sinergias dentro y fuera de secundaria, bachillerato y la universidad y no dicotonomizar maniqueamente con aseveraciones de las que el único fundamento o justificación es la experiencia personal.

    • enlapractica dice:

      Muchas gracias a los dos, por comentar y enriquecer este debate. Todo lo que apuntáis es interesante, iré contestando poco a poco.
      Pero primero me gustaría llamar la atención precisamente a una de las intenciones del post: cuestionar la inclusión de la filosofía en el sistema educativo actual. Me sorprendía que nadie hubiese cuestionado esto dentro del gremio, me consta que fuera de él sí se hace. Creo que es un buen ejercicio, cuestionarnos a nosotros mismos y nuestra disciplina.
      En relación a lo que dice Óliver, en realidad en el fondo estoy muy de acuerdo contigo. Es decir, que la filosofía ha de ejercitarse desde niño, adolescente, que debería estar más presente. Sin embargo, puesto que mi desacuerdo con el actual sistema educativo es prácticamente total, me sigo preguntando: ¿debe someterse a un sistema que la pervierte? ¿en vez de poner parches no deberíamos luchar por un sistema mejor? ¿cómo de hecho vamos a conseguir que la filosofía sea accesible para todos y se ejercite de verdad dentro de ese sistema? Esta es la cuestión central para mí.
      Otras cuestiones que Óliver apunta me parecen menos importantes pero las aclaro. No me importa que se de historia de la filosofía, sólo que eso no es filosofía, es historia. Releveante sí, pero no veo que sea lo mismo. Y sigo creyendo que, por ejemplo, los filósofos griegos, en el caso de ser profesores (Sócrates no lo fue), sería cuestionable su parecido a los de ahora. Sobre lo de la filosofía como disciplina, mi experiencia en talleres cada vez me llava más a entenderla como algo suceptible de desarrollarse no tanto de ser enseñada, habiendo entonces facilitadores más que profesores, Pero esto, reconozco puede ser una cuestión de matiz.
      Bien, vayamos con Filosofía Aplicada. La lista de profesores y personas que realizan una labora valiosa respecto a la filosofía dentro del sistema educativo es muy completa, muy informativo para mucha gente que lee este blog, inspiradora y maravillosa. Sin embargo, yo te puedo hacer la misma de gente que hace flaco favor a la filosofía. No voy a dar nombres. Pero mi experiencia y la de mucha gente también avala esta idea. Sobre todo, me parece curioso que no hgamos de nuevo crítico al gremio. Si la filosofía «se enseñase» bien las facultades de ésta puede que estuvieran más rebosantes. Me gustaría saber qué piensan los no filósofos de esto. Así me vale para como lista de otra gente que hace un maravilloso trabajo pero no como argumento. Y me siguen quedando preguntas como ¿cómo lograr que los malos filósofos en la docencia no lo sean? o mejor ¿Cómo lograr que los licenciados en filosofía sean filósofos y así lo ejerzan en la enseñanza? Los ejemplos de filosofía viva son sólo eso ejemplos tuyos personales o de otros, tan válidos como los míos. Puede que la lógica sea la excepción, pero lanzo más preguntas, esta vez a vosotros, filósofos, nombrarme una asignatura de la carrera que enseñe a filosofar, tipo «pensamiento crítico», «el arte del diálogo» o «la pregunta» y si es posible que no sea optativa. Mirad los planes de los futuros docentes y buscad!! Sólo me falta animarme un día a contar en un libro «los horrores de la filosofía» toda mi historia y la de mucha gente cercana, filósofos y no filósofos, que ha vivido el verdadero horror en el sistema educativo y luego en la academia. Sobre tu punto 3, menos mal que yo no pienso eso, he ahí uno de los horrores!!!
      Sobre la filosofía como actitud, ya he comentado algo más arriba. Y bueno, yo desde luego, no soy excluyente, la filosofía puede ser lo queráis pero que sirva para aprender a pensar y mucho más. Tampoco intento dividir aquí al gremio, sino hacer honor a su nombre 🙂 Siempre he luchado por juntar, lo hago desde mis proyectos y desde mis acciones diarias. Intento responder a todo, porque se ha dicho tanto…
      Y finalmente, nada está al margen de todo, de la historia, es obvio. Pero mantengo que una filosofía fuera del sistema podría hacerse más libre, puesto que sería más plural, variada y rica. No entiendo muy bien estas citas a libros.
      Por último, como conclusión, acepto que mi artículo tiene algo de provocador y algunas están dichas a la ligera, pero seamos serios, esto es un blog, no una tesis sobre el tema. Nadie ha sido del todo riguroso, reconozcámoslo. Me quedo muy satisfecha por haber abierto este diálogo que me ha hecho pensar y creo que algunos también. Me he tenido que defender de muchas cosas por eso tantas ideas. Perdornad.
      Gracias de nuevo!!!

      • verónica dice:

        Yo también quiero darte las gracias porque tu artículo me ha hecho hervir la sangre y tengo ganas de volver a la lucha. Oliver Álvarez y Filosofía aplicada ya te han acribillado con datos y argumentos, que suscribo en su mayoría (excepto el punto 5 en el que F.A. se ha pasao tres pueblos) y no creoque haya que añadir ni una coma más. A mí lo que me rechina un poco es eso de defender la filosofía, «yo sólo la defiendo a ella, la filosofía», o cuando dices «nombrarme una asignatura de la carrera que enseñe a filosofar, tipo “pensamiento crítico”, “el arte del diálogo” o “la pregunta” y si es posible que no sea optativa». No es «la filosofía» ni «la asignatura», son las personas concretas que la enseñan, que incluso hacen de facilitadores, como tú dices. Hay que cuestionarse siempre todo, pero hacerlo cuando más peligra su vida es feo, (si al final es bueno es por los que saltarán para defenderla). Lo que quiero decir es que si desaparece la asignatura desaparece toda oportunidad de mejorarla, de cambiar el curriculo, de que se convierta en eso que muchos queremos, pero que de hecho ya se da porque hay buenos profes a pesar del sistema y del curriculo. También hay malos, sí ¿y qué? ¿Vamos a cerrar los paritorios de hospitales porque son inhumanos y obligar a parir en casa? Habrá que mejorarlo, no eliminarlo. Si desaparece no florecerá en la calle, será todavía más minoritaria. Sí, todos seguiremos «filosofando» más o menos como ahora pero con una ingenuidad, ignorancia e inconsciencia propia de quien se cree inventor de la pólvora. Aparte de todo esto, no puedo evitar un sentimiento de defensa de lo mío, claro. No soy profesora actualmente, pero quiero serlo y también conozco a profes que se verían en la calle si se lleva a cabo este plan siniestro, así que defendería el derecho a enseñar macramé si mi sustento dependiese de ello. Eso sí, con argumentos que me parecen aplastantes. Por lo tanto, me parece una ocasión genial para no ponerse del lado de los malos. Y te pido perdón también por el tono de enfado. Saludos!!

  3. Querida Mª Ángeles: estoy muy de acuerdo con tus razones para sacar a la filosofía de lo académico, pero en mi opinión es algo que no es necesario hacer. Se produce por si mismo, dependiendo de la iniciativa y la vida real de la sociedad. El punto es más bien si queremos que en la formación de la infancia-juventud intervenga o no la filosofía (esa real que se produce en el seno de la sociedad y también, como parte de la sociedad, en lo académico -das una lista de nombres ilustres de filosofos-académicos en un comentario). Para mi que no entre es una gran pérdida y un síntoma más de la necesidad que tiene la escuela de innovar. Un pilar de esta innovación sería (debería ser) aprender a pensar, amar la sabiduría… Es una gran pena que esto no quepa en la escuela actual y es difícil conformarse con ello.
    un saludo

    • enlapractica dice:

      Gracias Verónica y Antonio por seguir contribuyendo. Veo Verónica que, en realidad, no contestas a la pregunta que hago sobre los planes de estudio, pero apuntas a algo muy importante: las personas que enseñan la filosofía. Y Antonio, parece que entreves algo de lo que había debajo al escribir este post… Para eso, para alumbrar lo que había debajo y mostrar por qué sigo teniendo muchas dudas sobre este tema haré un post en los próximos días. Porque tengo la sensación de que sólo se ha hablado de lo obvio y nos queda lo más difícil. Muchísismas gracias y bienvenidas todas las reflexiones 🙂

  4. Guillermo dice:

    Hola María Ángeles. Lo siento pero no puedo estar de acuerdo contigo.
    1. Es cierto que nunca se ha enseñado filosofía en los colegios. Pero no te engañes, tampoco se ha enseñado matemáticas. Evidentemente, las matemáticas no son esos procedimientos que se estudian en secundaria o bachiller. Ni tampoco historia, pues la historia es una ciencia, y no es eso lo que se estudia en bachiller. Por otra parte, la historia de la filosofía es importante para comprenderse a uno mismo y para ser espectador del esfuerzo intelectual que supone intentar dar respuesta a un problema. Supone una conversación, y como tal te obliga a reflexionar, a no quedarte anclado en tus ideas, sino a hacer un esfuerzo por comprender al otro y por razonar sus propuestas.
    2. También es cierto que muchos filósofos no han sido profesores, pero otros muchos sí que lo han sido. Platón, Kant o Wittgenstein son buenos ejemplos. Pero lo importante es que la vocación del filósofo es la de enseñar, porque trata de hacer claro lo oscuro o de guiarte para que seas tú el que reflexiones. Eso es el trabajo del profesor o facilitador, como lo prefieres llamar tú. Y en este sentido, evidentemente Sócrates también era profesor. Y es que, de hecho, la filosofía fuera de la academia no sería filosofía. Nuestra tradición entiende la filosofía de esa forma: el filósofo enseña.
    3. Cuando dices los “filósofos a la calle” creo que te confundes, pues estás pensando en una academia rodeada de muros. Y nadie ha dicho que la academia tenga muros, puede hacerse perfectamente en la calle. Pero además, piensa que es importante enseñar a los niños y jóvenes. Y eso no se puede hacer por el momento en la calle. La educación es la cuestión primordial. Y en esta educación los filósofos pueden tener un papel muy importante. Negársela supondrá empobrecer el sistema educativo.
    4. La filosofía no es una disciplina que se puede enseñar a los colegios. Eso es verdad. Pero, como ya he dicho antes, nadie pretende formar a filósofos en los colegios. Simplemente hay unas necesidades educativas que un filósofo puede cubrir perfectamente. Esa es la cuestión: ¿se van a desatender esas necesidades educativas devaluando de esta forma la calidad de nuestras aulas?
    5. Y por eso mismo salir de las aulas no hará libres la filosofía, porque la filosofía no está las aulas. En las aulas se satisface las necesidades que tiene la formación de los alumnos, por lo que la discusión, en principio, no tiene relación con el posible beneficio o perjuicio de la filosofía, sino del alumnado. Ahora bien, ¿crees que si nadie ha oído hablar de la filosofía en su formación la filosofía saldrá beneficiada? Yo creo que no, sino al contrario, difícilmente será conocida, comprendida o valorada.
    En fin, yo sí creo que hay que debemos luchar por mantener esas horas dentro del sistema educativo en la que los filósofos (unos mejor y otros peor) intentan enseñar algo que no una ciencia o un procedimiento, y que no se ensaña con la pretensión de formar maquinaria laboral o comercial.

  5. En mi caso, estoy de acuerdo con las dos posiciones que se han ido exponiendo aquí. No es por contemporizar. La filosofía en el aula y la filosofía fuera de ella. El enriquecimiento de ambos polos es esencial.

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