La Práctica

Después de un tiempo de desconexión…, VUELVE LA PRÁCTICA.

Llevo años dedicada al estudio de ese concepto. Para los que siguen el blog, será extraño conocer que mi estudio se centraba en la «práctica científica». ¡Tranquilos! No hablaré aquí de él, sino del concepto general de «práctica», aplicable a toda actividad humana o conjunto de ellas.

La práctica es una conducta en acción: puede ser un hábito, como lavarse los dientes, que es una práctica habitual; también puede ser una conducta que se realiza únicamente cuando se dan ciertas circunstancias, como cuando nos encontramos a alguien conocido y lo saludamos, es asimismo una práctica; puede ser también una habilidad, una conducta que se refiere a capacidad y al conjunto de conductas que se realizan, como cuando se hace referencia a la práctica de un tenista, a su destreza, habilidad o conductas jugando al tenis.

La realidad está llena de prácticas y la vida es practicar en tiempo real. En la mayoría de los casos, sin entrenamiento previo. Las prácticas de cada persona son únicas y la urgencia de la vida y las situaciones hacen que éstas sean espontáneas e impredecibles. Pero un buen desarrollo de unas competencias y una sensibilidad determinada pueden hacernos la vida más fácil y positiva.

Ahí van algunas pistas en la práctica:

-Observa, siente, escucha, huele, saborea cada situación, utiliza todos tus sentidos, no te quedes con la mitad de las sensaciones, intenta sentir más en cada circunstancia.

-Entabla contacto natural con las personas de tu alrededor, un contacto de igual a igual, presta atención a sus señales y empatiza.

-Observa los resultados de la acción, fíjate en los que te gustan y en los que no, reflexiona sobre lo que quieres hacer con ellos. Recuerda y recrea situaciones parecidas, reflexiona sobre lo que pasó y lo que pasa.

-Sé consciente de la urgencia, las situaciones de la realidad te piden una acción rápida generalmente. Por ejemplo, no responder a alguien que te pregunta “¿cómo estás?” puede generar reacciones desagradables en el que pregunta. Pero mantén la calma, siempre hay solución.

-Cree en ti, en tus decisiones y en tus acciones.

El estudio de la práctica científica me sirvió para conocer el pensamiento de Andrew Pickering, quien define la práctica como una dialéctica, un juego de resistencia y adaptación. Las situaciones con las que nos encontramos ofrecen resistencias, representan obstáculos, se dan características que no se pueden cambiar: por ejemplo, que la persona con la que hablamos esté de mal humor, que no tenga tiempo para realizar lo que le hemos pedido, que llueva y no podamos ir a pasear, etc. Para continuar con la acción, las personas, de manera natural, nos adaptamos a las situaciones y nuestra conducta busca una manera de continuar dentro de las resistencias, buscamos nuestro margen de acción, lo que depende de nosotros.

En una relación entre dos personas, la acción transcurre como en un partido de tenis, de uno a otro, del otro al uno. Como dice Pickering, es el baile de la práctica. Y como digo yo, podemos desarrollar una sensibilidad y unas competencias para saber cuándo y cómo dar un paso que, detrás del paso de nuestra pareja, genere un baile en armonía. Y así la vida fluye mejor.

¡Practica!

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